Por lo tanto, no se considera un riesgo laboral, como se sostiene en el Criterio Operativo 102/2020, sino que afecta a la salud pública en general.
AESPLA, AEPSAL y PRLInnovación consideran que “esta interpretación es de gran ayuda para las empresas por la claridad que aporta”, más aún si cabe, indica, porque “es una situación compleja, de gran incertidumbre y exige una adaptación rápida y constante para adecuar los procedimientos internos a los aprendizajes que se van adquiriendo y las frecuentes y necesarias actualizaciones de la normativa oficial de referencia“.